lunes, 19 de diciembre de 2011

Matemáticas y lotería: este año será menos repartida la suerte

Comenzamos una semana que acaba en el día de Navidad, y en esta semana tendremos nuevo presidente y se sorteará "el gordo", "gordo" que es aún más gordo, pasando de 300.000€ a 400.000€ el décimo. Sin embargo también se añaden 15.000 bolas nuevas al bombo de los números, completando hasta los 100.000 con los denominados números grandes. La pregunta a un matemático es obligada:

¿Merece más o menos la pena jugar que el año pasado?, ¿y qué suponen estos cambios?

Es evidente que al incorporar más bolas es menos probable que nos toque el gordo, pero hay otro cálculo a considerar, la denominada esperanza matemática, que este año se sigue manteniendo intacta en el 0,7.

La esperanza matemática es lo que en promedio se recupera globalmente por cada euro apostado, esto es, este año, por cada décimo de 20€ recuperaremos 14€ y perderemos 6€, exactamente lo mismo que el año pasado.

Luego, han subido el gordo lo justo para que compense el número nuevo de bolas que hay; sin embargo, como la esperanza matemática se mantiene, es ilustrativo ver la otra cara de la moneda: es más probable que antes no ganar nada.

De hecho la probabilidad de perderlo todo es del 84,7%. Luego el deseo que todos tenemos en Navidad, y más ahora, con diez millones de personas en "pobreza relativa" y otros dos millones con "pobreza severa", el deseo que todos tenemos de "ojalá los premios estén muy repartidos", las Matemáticas nos dicen que los cambios provocan el efecto contrario: los que ganen serán más millonarios y sólo existe una probabilidad del 5,3% de recuperar más de lo que se invierte.

¿Estos cálculos no lo pueden hacer los responsables que toman este tipo de decisiones?, ya que generan tantas ilusiones ¿no deberían manejar las variables en la dirección opuesta, más reparto y menos desigualdad?.

En cualquier caso mucha suerte, y que Rajoy elija al mejor Ministro de Economía, pues "la mejor lotería es una buena economía"

lunes, 12 de diciembre de 2011

El que comienza bien está en la mitad del todo (Pitágoras)

Cuando uno es docente sabe que al principio de cada curso, cuando tiene clases con un grupo nuevo de alumnos, los primeros días son decisivos. Siempre hay grupitos de estudiantes que susurran en clase, otros hablan a destiempo, alguno hace una broma, otro aparece mascando chicle, hay alumnos que llegan tarde a clase, se levantan o tuitean con el móvil. En esos primeros días, el profesor va a marcar lo que deben ser las normas de comportamiento que él admite en sus clases, y ante ese pulso diario con los alumnos deberá llamar la atención al que susurra, al que habla o al que come chicle, o a los tres, de manera que los alumnos van probando a cada uno de sus profesores si con uno no pueden entrar una vez que él ha llegado y ha cerrado la puerta, o pueden llegar tarde sin hacer ruido, si con otro pueden estas hablando bajito toda la clase, si el móvil no pueden ni tenerlo en la mesa... Una vez marcadas las normas el alumno las cumple sin problemas, y el mismo grupo mantiene un silencio sepulcral con uno, y con el siguiente se comporta de manera mucho más distendida.

Esta misma situación es la que se va a encontrar Mariano Rajoy cuando comience esta “licenciatura” de presidente. Desde el primer día le van a echar un pulso, van a ir viendo hasta donde les permite comportarse, y si deja que se le suban a las barbas (y no me refiero al sentido literal de la frase). Estarán los nacionalistas que querrán que se les oiga, los sindicalistas que si no les haces caso irán a la calle a protestar, los compañeros europeos probarán si nos pueden mirar de tú a tú o por encima del hombro,
los vecinos fronterizos de abajo probar si pueden venir a por "peregil", los ciudadanos querrán encender un cigarrillo donde antes no podían, y así con los Estadounidenses, autónomos, hispanoamericanos, funcionarios, pensionistas, o sea, como en clase, completa heterogeneidad....y serán los primeros meses en los que además de llevar bien preparadas sus lecciones, deberá estar constantemente marcando cómo va a ser la relación con cada uno, qué les va a dar y qué les va a exigir, de manera que si tiene un sólo momento de debilidad hará que alguno considere que puede llegar donde no debe, y si no lo corta antes tendrá que, en un momento dado gritarle un “¿porqué no te callas?”.

Ya decía Pitágoras que “el que comienza bien está en la mitad del todo”.
 

lunes, 5 de diciembre de 2011

La ley Sinde

El viernes pasado, ante el anuncio de que en el Consejo de Ministros se iba a tratar el reglamento de la polémica disposición de la Ley Economía Sostenible, conocida como ley Sinde, comenzó un gran revuelo en Internet. Especialmente notable en Twitter, ¿y eso?

Esta ley es la que permite el cierre o bloqueo de páginas web de descargas de archivos protegidos por derechos de autor, poniendo en manos de un órgano no judicial tal potestad, en concreto de una Comisión de Propiedad Intelectual, un órgano administrativo dependiente del Ministerio de Cultura.

¿Y qué sucedió?, pues que ante este intento de la ministra de Cultura, el Consejo de Ministros tumbó la tramitación de la norma por la oposición de los otros dos ministros: el de Industria no estaba de acuerdo en la parte técnica y el de Justicia que puso objeciones jurídicas.

¿Y de cuándo colea esta ley? Esta Ley, uno de los principales proyectos de este gobierno, ya estaba en el traspaso de carteras que le hizo a González Sinde su antecesor César Antonio Molina, y los cables de Wikileaks la sitúan por 2007.

¿Mi opinión? La ONU considera la libertad en Internet un derecho fundamental. Los autores tienen sus derechos, pero éstos no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales del resto de los ciudadanos, como el derecho a la la presunción de inocencia, a la privacidad, a la seguridad, Por otra parte, si hay suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial.

La industria de contenidos multimedia debe renovarse, adaptarse a los nuevos tiempos, con alternativas actuales, eficaces, en consonancia con el desarrollo de las TIC y con los nuevos usos sociales. Las barreras sobre libertades al final caen y son ineficaces. Y el nuevo presidente debe recibir el mensaje de que la sociedad actual es la sociedad de la información, que no tolera actuaciones liberticidas.

Los ciudadanos necesitamos ser gobernados y gestionados desde la verdad, la transparencia y la igualdad. La democracia cuenta con un pueblo ya maduro, le toca actualizarse a los dirigentes.