lunes, 2 de julio de 2012

Ante la realidad, ¿porqué? y ante los sueños, ¿porqué no?

Esta mañana, en la Universidad y camino de la misma podía observar a bastantes jóvenes que aún iban orgullosos con la camiseta de la selección española. No sé si es tal el orgullo que les embarga que han comprado varias, y lucían una anoche y otra esta mañana, si corresponde a hinchas que han empalmado la celebración nocturna con la resaca del lunes o simplemente es tal la satisfacción que sienten al lucir los colores que no les importa, como a nuestros héroes, sudar la camiseta, pero lo cierto es que la lucen con todo orgullo.

Y en este caso no tiene ese componente personal que acompaña a aquel que lleva la camiseta de su club al ganar la liga, logrando quitar cualquier argumento al eterno rival con la razón que te da el resultado, no, en este caso no hay componentes revanchistas, no hay dos "españas", hay sólo orgullo personal. 

Estos días se podía lucir una bandera en el balcón sin ser facha, un vasco podía gritar los goles de la selección española con todos sus, enormes, pulmones, y se podía ver a los capitanes del Madrid posando con la copa, hasta generando discrepancias sobre la pertinencia o no de la 'estelada', pero en unidad.

Ya lo decía yo hace justo una semana: Deberíamos aplicar esta unidad y orgullo para dar un vuelco a otras situaciones en las que no somos líderes internacionales, para poder ir con la cabeza alta presumiendo no sólo de los resultados deportivos.



Es evidente que PODEMOS, sólo necesitamos líderes, necesitamos a los mejores en los puestos adecuados, líderes que además sepan pasarse el testigo como Luis y Vicente, aprovechando lo mejor del otro, la riqueza de la diversidad.

 Quizá es el sueño de hoy, pero para hacerlo realidad, y en lugar de preguntarnos ante la realidad ¿porqué? nos debemos preguntar ante los sueños ¿porqué no?

 

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