Por lo tanto con aplicaciones disponibles en Internet, como recovermessages cualquiera puede abrir el fichero y... ¡ahí tiene todas las conversaciones!. Además ese ficherito lo podemos buscar en cualquier móvil o en cualquiera de sus copias de seguridad en la nube. Ahí tenemos todos los mensajes,incluidas las frases que en algún momento hemos decidido borrar durante cualquier conversación.
Me reitero en la importancia de saber cómo funciona lo que tenemos entre manos; "lo más peligroso de manejar una bomba es no saber que es una bomba". Sabiendo sólo este detalle, les sugiero que hagan un uso del WhatsApp acorde a su seguridad: no manden fotos comprometidas, datos bancarios o sensibles, ni tengan conversaciones de las que se puedan arrepentir, y si hacen uso profesional del mismo que sea conociendo las limitaciones.
Por ejemplo, la Autoridad Catalana de Protección de Datos desaconseja oficialmente el uso de la aplicación para las conversaciones de los abogados con sus clientes.
Y ahí están 300 millones de usuarios de Whatsapp, 20 millones en España, 31.000 millones de mensajes cada día y ¿sabemos hasta donde podemos llegar con esa herramienta? Aprender hoy evita lamentarse mañana
Con la formación adecuada sabríamos que el doble check del WhatsApp indica que el mensaje está en el móvil del destinatario, no que ya lo haya leído (la de peleas que evita el conocimiento).
Y acabo proponiéndoles un experimento: busquen en su móvil alguna llamada recibida de número desconocido, ahora inclúyanlo en su agenda con cualquier palabra y lo buscan en el WhatsApp como si fueran a escribirle ¿han descubierto quién les llamó?, ¿ven su foto?, ¿incluso saben si está en línea? Aprender no es una obligación sino una oportunidad.
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