lunes, 16 de marzo de 2015

Canta como si nadie te oyera, baila como si nadie te viera y ama como si nadie te hubiera hecho daño

“Canta como si nadie te oyera, baila como si nadie te viera y ama como si nadie te hubiera hecho daño”
Esta mañana me llegó esta frase,  y me ha traído la siguiente reflexión:

Es evidente que el sentido del ridículo que tenemos hace que, en general, nos de vergüenza cantar o bailar en público (salvo personas dotadas de voz y oído o arte y ritmo excepcional); para el resto, para la gran mayoría de los que están a ese lado del altavoz o a este de los micrófono, es suficiente cantar en la ducha o en el coche si vamos solos, o bailar en la soledad de nuestra habitación. 

¿Y porqué somos así especialmente en esta sociedad?
Seguramente el sobrevaloramos los convencionalismos sociales y tenemos una excesiva sensibilidad a la opinión de los demás, y eso nos priva muchísimas veces de momentos de felicidad;

Para colmo, esta actitud reservada que tenemos la reafirmamos en numerosas situaciones en las que vemos a aquellos que, para desgracia de su entorno, sin tener ni voz, ni ritmo, ni estilo, ni complejos bailan o cantan de tal manera su ausencia de vergüenza provoca una solidaria y generalizada vergüenza ajena...bien justificadas. 

Pues como suele suceder, en el punto medio está la virtud, fuera esa timidez, atrévete,...canta y baila, sin complejos, porque serás y harás felices a los de tu entorno.

La segunda parte de la frase “ama como si nunca nadie te hubiera hecho daño” es una máxima que siempre he defendido en conversaciones sobre corazones rotos. Es mucho más intenso amar a tumba abierta, sin pensar que te pueden volver a herir, que saltar enganchado por cuerdas . De la segunda manera, siempre amas con recelos, de manera injusta para la nueva persona, que paga daños de otros; de manera injusta para ti, que al ir con la inseguridad de no volver a sufrir amas con coraza, y por tanto no plenamente. De la primera manera, si vas a pecho descubierto, puedes volver a estrellarte, pero has volado con todo tu ser, y nunca te arrepentirás de haberlo hecho. Mi experiencia vital me dice además que no hay dolor por desamor que eclipse un amor con entrega total. 

“Canta como si nadie te oyera, baila como si nadie te viera y ama como si nadie te hubiera hecho daño”


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