viernes, 18 de diciembre de 2015

Optimizar capacidades es ahorrar

Recuerdo hace unos años que un Director de Secretariado iba de un edificio a otro de la Universidad llevando un documento que había firmado, cuando le paró el por entonces Gerente, Dr. Juan Armenteros y le dijo a donde se dirigía le aleccionó con un “hay personal que tiene esa tarea encomendada, la tuya es estar en el despacho y tomar decisiones sobre tu área, cosas que ellos no pueden hacer. Además a ti se te está pagando un sueldo mayor por una tarea, mientras que estás realizando otra de un valor económico inferior”. Una lástima que esta lección no la recibieran muchos de nuestros responsables de la Gestión con mayúsculas, porque en ese caso ni los docentes dedicarían un 25% de su tiempo en burocracia (http://goo.gl/L954CL) ni cuando vamos al médico éste dedicaría una gran parte de su tiempo a rellenar formularios en el ordenador, pasar tarjetas, etc.

Si a un personal cualificado para una tarea le ocupamos una gran parte de su tiempo en realizar tareas que puede realizar otro estamos tirando el dinero (de todos), porque mientras ese docente o médico realiza funciones administrativas, nadie enseña, se forma o cura, y encima son pagadas a precio diferente. Como cuando se paga hielo a precio de whisky caro.

Y sólo lo digo en el sentido de optimizar las capacidades para las que cada uno está preparado, los dones que no debemos enterrar, porque ya quisiera yo, entre clase y clase, o en mis ratos libres, tener la capacidad de dejar los jardines de la Universidad la mitad de como los dejan mis compañeros encargados de ellos.

Como decía mi madre “a cada uno nos llama Dios por un camino”, tenemos que verlo, y que los que deciden ni saquen a nadie de su camino, ni le pongan piedrecitas.


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