jueves, 30 de julio de 2015

Felices vacaciones...para los privilegiados que trabajan

Con este comentario de hoy acabo mi cuarta temporada de columnas de opinión en Cope Jaén. Cuatro años compartiendo en estos micrófonos y las redes sociales mi opinión personal sobre la sociedad "que nos ha tocado vivir" según dirían algunos, o la sociedad que estamos construyendo día a día y vamos a dejar a nuestros hijos, si lo vemos con algo más de proactiva, sociedad local y global.  

Han sido cuatro años compartiendo mis pensamientos  y mis sentimientos con todos vosotros,  queridos oyentes, cuatro años, tiempo que dura un grado universitario,  que transcurre entre mundial y mundial,  que dura una legislatura,...lo que dicen que dura científicamente el enamoramiento, lo que vive un hamster dorado.

 Durante este tiempo muchos me han preguntado con curiosidad sobre este espacio, unos porque lo leen en las redes sociales, otros porque lo descargan en podcast, y la mayoría porque lo oyen en directo. Muy gratamente sorprendente cada comentario que recibo, compartiendo, discrepando o complementando mis columnas, sus columnas.  

Los más atrevidos me preguntan por la temática y las condiciones, y como ya he comentado alguna vez, no me canso de contar que desde el inicio me dijeron "habla de lo que quieras y como quieras", y el  único límite que me pusieron eran los dos minutos. He de reconocer que sabiendo lo que vale cada segundo de radio esa única línea roja me la he pasado en numerosísimas ocasiones, pero nunca he recibido ni siquiera una insinuación sobre temas incómodos, molestos o sobre el enfoque dado. Así es todo un placer colaborar.

Desde aquí agradezco a David Santos, Antonio Agudo y Ángel López el que hayan compartido conmigo sus micrófonos y concluyo esta cuarta temporada deseándoles unas felices vacaciones, a ellos, y a ustedes queridos oyentes, razón de esta emisora. 

Felices vacaciones para los privilegiados que las tienen, porque en esta sociedad tener vacaciones es el privilegio de los que tienen trabajo, y ese debe seguir siendo nuestro objetivo primordial, que nuestros conciudadanos se sientan realizados con un trabajo, y por tanto con unas vacaciones.

lunes, 20 de julio de 2015

Quesada, las hectáreas, los campos de fútbol y algunos números

Desgraciadamente Jaén ha sido noticia nacional durante una semana porque han ardido 10.000 hectáreas en Quesada. Quien ha tenido la desdicha se presenciarlo se hace una idea de la magnitud de la tragedia, para el resto van estas palabras:
La palabra hectárea viene del griego, ellos nos dejaron las raíces de las palabras y nosotros le dejamos nuestro dinero, viene de 'hekaton' que significa 100. Así una hectárea o un hectómetro cuadrado equivale a un cuadrado de 100m de largo por 100 de ancho, o sea 10.000 m2. Luego lo que ha ardido en Quesada son 10.000 hectáreas, o sea 10.000 hectómetros, que son 100 km2. O sea, lo que sería un cuadrado de 10km x 10km, por situarnos más o menos Jaén-Torredelcampo por la distancia Jaén-Los Villares.
Por ahí, en este futbolero país, para tratar de ayudar a visualizar, se suele utilizar la medida de superficie "campo de fútbol". Sobre ella voy a dar algún dato, para que la utilicemos con exactitud. Según la FIFA los campos de fútbol han de medir de 90 a 120 m de largo y de 45 a 90 m de ancho. Si multiplicamos nos da 4050 m2 los más pequeños (le faltan 1000 m2 para media hectárea) a 10.800 los más grandes (algo más de la hectárea). Por tanto, según el campo han ardido ente 10.00o y 25000 campos de fútbol. Medida poco exacta. De hecho han ardido unos 14.000 del tamaño del Bernabéu o del Camp Nou, o 15.000 como el de Vallecas o 12900 del de la victoria, por cierto, de los más largos de España con sus 107 metros (aunque lejos de los 18 km del campo de Oliver y Benji).
Independientemente de su capacidad de visualización de superficies, les sugiero en esta época vacacional se acerquen a Quesada y vean el desolador paisaje, que una imagen vale más que mil palabras aunque éstas sean números, para que nos sirva de concienciación sobre la necesidad de cuidar nuestro planeta no sólo no maltratándolo sino ayudando por ejemplo en la reforestación ante imprevisibles catástrofes naturales.